Se dice que este monasterio tiene su origen en un grupo de anacoretas que se reunieron aquí en comunidad, aparte de eso, este establecimiento se encuentra documentado por primera vez en 1095, en una donación a su favor. A comienzos del siglo XII la iglesia quedó destruida a causa de una invasión, lo que obligó a su reconstrucción. Durante el siglo XIV, el desarrollo de Muxía llevó a que el monasterio fuera perdiendo el control del territorio, que fue pasando a manos de la nobleza local. A finales del siglo XV fue reformado por lo que respecta a su observancia a pesar de la oposición del mismo monasterio. Debido a esto pasó a depender en calidad de priorato de San Martiño Pinario, y de la Congregación de Valladolid.