Este
monasterio tiene su origen en una celda o priorato
fundado desde la abadía de
Saint-Martin de Tours en época del abad Ithier,
personaje influyente y canciller de los reyes francos
Pipino el Breve y Carlomagno. Ithier era abad al menos
desde el 775 y fundó Cormery el 791, el 796 Alcuino de
York sucedió a Ithier el frente de Saint-Martin y
convirtió esta casa en abadía (800), logrando la
protección del monarca además de la intervención de
Benito de Aniane en el establecimiento de las
costumbres benedictinos que este impulsaba. A la muerte
de Alcuino (804) los cargos de abad de Saint-Martin y de
Cormery fueron ocupados por Fredegisus (? -834) quien el
821 otorgó a los monjes de Cormery la libre elección de
abad sin intervención de Saint-Martin. En esta época la
casa pasaba por un período de prosperidad que se vio
interrumpido a acusa de las invasiones de los vikingos,
el 838 y 853. A pesar de la inestabilidad, hacia el 850
intervino en la fundación de
Saint-Sauveur de Villeloin, no lejos de aquí. El 853
Cormery sería saqueado. |
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La
situación de decadencia se prolongó hasta que Guy de Anjou (? -994)
recondujo la situación, este personaje era hijo de conde Fulco II el
Bueno de Anjou, monje y obispo de Le Puy (Alto Loira) inaugurando
una nueva época de bonanza para el monasterio que se prolongó hasta
la guerra de los Cien Años (1358) que volvió a llevar miseria y
destrucción, después el régimen comendatario y las guerras de
Religión (1562) volvieron a afectar Cormery. En 1662 llegó la
congregación de Saint-Maur que se mantuvo hasta la Revolución, en la
última década de su existencia se reconstruyeron buena parte de las
dependencias. De la iglesia se conserva una torre románica del siglo
XI aparte de otros elementos de menor entidad. |
Sant-Paul de Cormery |