Canónica de Sainte-Cécile de Albi

A partir de 1072 el capítulo catedralicio fue reformado y se estableció una regla más estricta y hacia 1100 se adoptaron las costumbres que en ese momento se desarrollaban en la canónica de Saint-Ruf de Aviñón. En el siglo XII tuvo lugar un grave enfrentamiento entre el obispo y los canónigos por el control del obispado, que terminó en 1135 con la intervención del papa, excomulgando al obispo y con la obtención del derecho de elección del prelado por parte de la comunidad canonical. En esa misma época el obispo de Albi obtuvo el derecho de gobierno sobre la cercana colegiata de Saint-Salvi. De hecho, estas dos canónicas se repartían el poder sobre todas las iglesias de la ciudad, que dependían de ellas.

La catedral actual es la sucesora de dos anteriores, románicas, ahora prácticamente desaparecidas. Esta construcción fue iniciada en la época de Bernard de Castanet (1282) y terminada en 1480. Se trata de un grandioso edificio de obra vista, de nave única rodeada de capillas entre los contrafuertes, sin transepto, dominado por un poderoso campanario. El portal del sur está precedido por un majestuoso baldaquino de piedra, conjunto que se levantó en la primera mitad del siglo XVI. Su interior guarda un valioso mobiliario, en un estado de conservación envidiable. Bajo el órgano se encuentra un gran mural que representa el Juicio Final, una importante obra de autores desconocidos y cronológicamente situada a finales del siglo XV, entre 1495 y 1500. Un magnífico trascoro, que ahora ha perdido sus imágenes, divide la iglesia, de estas separaciones, muy comunes antiguamente, pocas se conservan en la actualidad. Este coro se hizo entre 1477 y 1484, un cierre separa el altar mayor y la sillería del coro del resto de la iglesia, dejando un espacio a modo de deambulatorio.