Una de las variantes o
reformas de las comunidades canonicales tuvo lugar el 1039 en Aviñón
cuando cuatro canónigos de su catedral pidieron constituir una comunidad
independiente, seguidora también de la regla agustiniana. Se les cedió
una iglesia abandonada dedicada a Saint-Ruf situada en los alrededores
de la ciudad. Inicialmente la nueva comunidad mantuvo vínculos con la
catedral pero pronto adquirió prestigio propio y su influencia se
manifestó en la larga lista de casas que dependían de ella y en los
canónigos venidos de todas partes que ingresaban para instruirse. A
finales del siglo XI el papa Urbano II reconocería oficialmente la
orden. Esta institución con sede primero en
San Rufo de Aviñón y desde el
1158 en Valence tendría una fuerte expansión en la actual Francia pero
también llegó a tierras catalanas (catedral de Tortosa,
Santa Maria de
Besalú ...) |
Santa Maria de Besalú |
Sant Ruf de Lleida |