La abadía cisterciense de Longpont tiene su origen en una antigua iglesia que el año 1131 Josselin de Vierzy, obispo de Soissons entre 1126 y 1152, puso a disposición de la orden del Císter en época de Bernardo de Claraval, la nueva casa era hija de la abadía de Claraval (Aube). En 1133 Luis el Gordo (1108-37) confirmó la fundación y el papa Inocencio II lo ratificó. El conde Raúl I de VermandoisRaúl I de Vermandois
(Raúl IV de Crépy)


Sello del conde Raúl
intervino directamente en la construcción de su iglesia, esta casa condal tuvo este monasterio como panteón. El 1209 ingresó en la abadía el noble Jean de Montmirail, que después de su muerte fue enterrado en Longpont donde fue venerado. Se convirtió en un importante centro religioso pero la época de esplendor terminó a causa de la guerra de los Cien Años que la afectó durante la segunda mitad del siglo XIV y comienzos del XV. Después de sufrir un fuerte relajamiento de las costumbres en cuanto a la comunidad y adoptar el régimen de encomienda a partir del 1531, se restauró tanto en lo concerniente a la observancia como a las construcciones durante los siglos XVII y XVIII. Su historia monástica acabó con la Revolución, las construcciones fueron puestas a la venta y comenzó su destrucción, a pesar de los esfuerzos posteriores para su conservación, la situación se agravó durante la Primera Guerra Mundial. Actualmente queda la fachada de la iglesia y una parte de los muros laterales, también se conserva una bodega medieval entre otros restos.

Abadía de Longpont
Portal de la iglesia