El origen
de este monasterio cisterciense está relacionado con
Isembaud,
impulsor de varios cenobios con base eremítica en la
región. El fundador se hizo monje probablemente
en Fontgombault (Indre) y se convirtió en abad de Saint-Pierre de Preuilly (Indre y Loira). Hacia 1120
abandonó el monasterio de Fontgombault, donde había
regresado, y comenzó su actividad fundadora de
comunidades aisladas. Uno de los establecimientos que
fundó se encontraba en el lugar de Font-à-Chaux, que
pronto dejaría el aislamiento inicial para convertirse
en un monasterio benedictino. El 1124 se otorgó carta de
fundación de la nueva casa, con la correspondiente
donación de tierras y con el nombre de l'Étoile, en
recuerdo de Pierre de l'Étoile, hermano de Isembaud. El
fundador y primer abad murió en 1140 y fue enterrado en
la iglesia abacial, su sucesor, Bernardo, incorporó el
monasterio a la orden del Cister en 1145, con
filiación de Pontigny
que envió frailes para la instrucción en las costumbres
cistercienses. |
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A este
cambio le siguió un largo período de prosperidad que se vio
interrumpido a causa de las inestabilidades derivadas de la guerra
de los Cien Años que la afectaron de manera directa hacia el 1356,
con el resultado de importantes destrucciones. Tras su restauración,
a partir de 1520 entró en el régimen de encomienda que la llevó de
nuevo a la decadencia, estado que se vio agravado con las guerras de
Religión y volvió a vivir nuevos episodios de destrucción, en 1562,
1569 y 1589. Pero en 1621 la casa, que se encontraba prácticamente
sin actividad, fue reformada y tomó nuevo impulso, lo que le
permitió llegar hasta la Revolución, cuando terminó definitivamente
la vida comunitaria en l'Étoile y pasó a manos particulares. A pesar
de la falta de mantenimiento adecuado, el monasterio todavía
conserva un amplio conjunto monumental, en curso de restauración. |
Nave de la iglesia y espacio
del claustro |