Dice la tradición que una primera iglesia fue construida en este lugar por el militar romano Jovinus (s IV) quien habría levantado una capilla dedicada a Saint-Agricole y Saint-Vital donde él mismo fue enterrado en 370. De hecho el monasterio de Saint-Nicaise conservaba un sepulcro considerado del propio Jovinus y que ahora se encuentra en el museo de Saint-Remi. Sea como sea, aquella antigua iglesia fue utilizada como lugar de enterramiento de los prelados de Reims y el 407 se enterraron aquí el obispo Nicasio, su hermana Eutropia y otros personajes martirizados en la catedral. En el siglo IX las reliquias del santo se trasladaron a causa de las invasiones normandas. Unos clérigos custodiaron aquella iglesia hasta que fue introducida una comunidad monástica.

La abadía de Saint-Nicaise, antes de su destrucción
Ilustración de Reims. Essais historiques sur ses rues et ses monuments (1844)

Fue Gervais de la Roche-Guyon, obispo de Reims entre 1055 y 1067, quien se encargó de hacer revivir la antigua iglesia que en aquel momento se encontraba prácticamente en ruinas. Se encargó de restaurar o reconstruir el antiguo edificio y levantar las dependencias monásticas que requería para acoger la comunidad que habría llegado del cercano monasterio de Saint-Remi. El 1060 se consagró la nueva iglesia y se trajeron los restos de san Nicasio, que durante las épocas de inestabilidad se habían trasladado y una parte de ellos se encontraba en Tournai. En 1090 la primera comunidad de la casa se renovó con monjes procedentes de la abadía de La Chaise-Dieu (Alto Loira).

Fachada de la iglesia de Saint-Nicaise
Grabado de Frans de Bakker (1747)
Rijksmuseum Amsterdam

El 1231 va començar la reconstrucció de l’església i es va aixecar un nou edifici que substituiria l’obra romànica i que mantindria la seva estructura fins la Revolució. La casa monàstica va mantenir abats regulars fins el 1530 després es posaria sota el règim de comenda, al segle XVII hi entraria la congregació de Saint-Maur. La casa fou suprimida amb la Revolució quan es trobava en decadència, el 1793 es va posar a la venda i tant l’església, que era la part més interessant arquitectònicament parlant, com les altres dependències es van enderrocar per utilitzar la pedra. Actualment encara hi ha restes subterrànies del monestir, dins de les caves Champagne Taittinger que va passar a ocupar el lloc després d’anys d’abandó. A l’església de Saint-Remi, molt a prop, es conserva una part del paviment del presbiteri de Saint-Nicaise, una esplèndida obra del segle XIII.