Monasterio de Bellpuig de les Avellanes
Santa Maria de Bellpuig / Bellipodio / Bellpuig Nou / Fonts Amenes / Monasterio de Les Avellanes
(Os de Balaguer, Noguera)
El origen de este monasterio radica en la llegada de Joan de Organyà desde el monasterio de Vallclara (Priorat) la primera casa premonstratense de Cataluña y una de las primeras de la Península, para establecerse en el lugar de Mont Malet. Seguramente llegó acompañado de otros monjes que ocuparon una cueva natural donde llevaban una vida próxima al eremitismo, pero el lugar elegido no reunía las condiciones necesarias para acoger una comunidad numerosa.
El 1159 Joan de Organyà ya había obtenido el visto bueno del obispo pero el impulso definitivo para el nuevo asentamiento se produjo en 1166 cuando el conde de Urgell Ermengol VII y su esposa Dolça hicieron una importante donación de bienes a la comunidad, momento en que también se menciona la pertenencia a la orden premonstratense y la denominación de Santa Maria de Bellpuig, aunque más adelante se lo conocería como Bellpuig Vell para diferenciarlo del nuevo monasterio que se desarrollaría cerca de aquí.
Casi de manera simultánea (el mismo año de 1166, unos meses después de la fundación de Santa Maria) Guillem de Anglesola, señor de Bellpuig, formalizó el establecimiento de un nuevo asentamiento en el lugar de Fonts Amenes, muy cercano al primero de Mont Malet y que reunía las condiciones adecuadas para implantar un monasterio. La nueva casa recibió también importantes donaciones tanto de los Anglesola como de la casa condal de Urgell que ya había intervenido en la protección de la comunidad de Mont Malet. La existencia de las dos casas tan cercanas (seguramente la de Fonts Amenes se instauró debido a las precarias condiciones del primer lugar) propició el desplazamiento de monjes desde Bellpuig Vell a Bellpuig Nou, o Bellpuig de les Avellanes. Joan de Organyà continuó en ese lugar de retiro donde murió entre los años 1192 y 1195 y donde fue enterrado y venerado.
Cuando en 1184 murió Ermengol VII fue enterrado en el monasterio, tal como había dispuesto en su testamento, en esta fecha ya se habría trasladado la práctica totalidad de la comunidad a Bellpuig de les Avellanes. El monasterio mantuvo diferentes formas de relación, según las épocas, con la abadía de La Casedieu (Casa-Dei, Gers) la más importante de la circaria (provincia premonstratense) de Gascuña a la que pertenecía. Las relaciones con el poder y la nobleza continuaron los años siguientes y durante el siglo XIII. A finales del siglo XII Alfonso II puso Les Avellanes bajo su protección a la vez que le otorgó beneficios y privilegios.
Un documento del 1202 menciona la existencia de una comunidad femenina, una situación que se encuentra a menudo en las casas premonstratenques de la primera época, en este caso tradicionalmente se ha considerado que la comunidad femenina estaba situada en Santa Maria de Aguilar, muy cerca del monasterio. Bellpuig recibió en 1224 el hospital de Sant Nicolau de Fondarella (el Pla d’Urgell) institución que había sido fundada en 1220 por Guillermo II de Anglesola. En este lugar estableció un nuevo monasterio, que se mantuvo hasta el siglo XVI como dependencia de Bellpuig.
Planta de Les Avellanes
Publicada por Gaietà Barraquer en
Las casas de religiosos en Cataluña durante el
primer tercio del siglo XIX. Barcelona, 1906
El siglo XIII estuvo marcado por un periodo de máximo esplendor, las donaciones se sucedieron incrementando su patrimonio. En este contexto cabe mencionar que en 1230, un año después de la conquista de Mallorca, Jaime I entregó a los premonstratenses de Les Avellanas unas posesiones en Artà además de una iglesia en Palma en agradecimiento al apoyo de su orden a la conquista. Se desplazó hasta allí una comunidad que instauró el priorato de Bellpuig de Artà (Balears) donde tenían también a su cargo la parroquia de la villa. Seguramente debido a la distancia entre la casa madre y Artà y el poco arraigo en la isla, en 1425 el priorato fue suprimido. A comienzos del siglo XIV se emprendieron obras de construcción de envergadura en Les Avellanes, en la iglesia y el claustro, esto se solapó con una época de crisis y decadencia que se prolongó durante todo ese siglo y el siguiente.
La situación no mejoró con la llegada del régimen de abades comendatarios, el primero de los cuales ocupó el cargo en 1479. A finales del siglo XVI la casa estuvo a punto de desaparecer, en este contexto en 1592 se habían secularizado las canónicas agustinianas. En la última época, el monasterio disfrutó de un resurgimiento marcado por una serie de abades de prestigio que hicieron de Les Avellanes un importante centro cultural y académico que traspasó los muros del cenobio, entre estas personalidades cabe mencionar los abades Daniel Finestres (1728-1733) hermano de Jaume Finestres, monje e historiador de Poblet, Jaume Caresmar (1754-1769, en dos períodos) erudito y autor de trabajos diversos entre los cuales la historia de este monasterio, y Jaume Pascual (1789-1792) discípulo del anterior.
El siglo XX quedó marcado, como en el resto de comunidades monásticas, por una serie de infortunios y la supresión: el 1810 y hasta el 1813 los canónigos tuvieron que huir a causa de una ocupación francesa, tras la época del Trienio Liberal que volvió a dejar Les Avellanes sin comunidad entre 1820 y 1824 y finalmente, en 1835 la casa fue suprimida y los monjes tuvieron que huir, esta vez definitivamente. En 1840 el monasterio se puso a la venta, sufrió la pérdida progresiva de los bienes muebles y el patrimonio. En 1906 fue adquirido por el banquero Agustí Santesmases, el cual vendió ese mismo año, y por 15.000 pesetas, los sarcófagos del conde Ermengol X, los de los condes Àlvar I y su esposa Cecília de Foix y el de Àlvar de Urgell.
Las piezas fueron a parar a Nueva York, a The Cloisters del Metropolitan Museum of Art, donde aún se conservan. Los restos de los personajes fueron enterrados en Vilanova de la Sal y devueltos a Bellpuig en 1967. En 1906 también fue vendida una imagen de la Virgen del siglo XIV, que en aquel momento se veneraba en la sala capitular, después de pasar por varias manos, en 2011 fue adquirida por la Generalitat y ahora se guarda en el Museu de Lleida. En 1910 llegaron los hermanos maristas que actualmente cuidan del lugar, en esta última época se han hecho obras de restauración y mejora de los edificios. Por otra parte, en 2003 se descubrió de manera fortuita una parte del antiguo archivo del monasterio, escondido en el falso techo de la iglesia parroquial de Vilanova de la Sal, ahora se conserva en el Arxiu Comarcal de la Noguera.
El monasterio
La parte más antigua del conjunto del monasterio es el claustro y el refectorio adyacente. El claustro es de planta rectangular con ocho arcos de medio punto en los lados más cortos, y once en los largos. La bóveda está soportada por columnas dobles, además de unos pilares con cuatro columnas adosadas. La decoración de los capiteles es lisa en su mitad y muy simple en el resto, con un relieve plano en la mayoría de ellos. Habría que situarlo en el siglo XII.
Lápida circular de alabastro en honor del abad Jaume Caresmar,
historiador del monasterio
La sala capitular es del siglo XIII, pero ha sido muy modificada. La construcción de la iglesia, que debería sustituir una anterior, fue impulsada por Ermengol X, hacia el 1303. Quedó inacabada, sólo con la cabecera, prácticamente no tiene nave. En el siglo XX se mejoraron mucho las dependencias anexas, pero hay que lamentar la pérdida de algún elemento medieval que se había conservado hasta entonces, aunque en muy mal estado.
Bóveda de la iglesia
El monasterio de Bellpuig de les Avellanes fue elegido por la dinastía condal los Urgell como lugar de sepultura, hasta ese momento lo habían sido otros lugares. Ermengol X había elegido el monasterio de Poblet como lugar de enterramiento, pero más adelante modificó aquella elección en beneficio de Bellpuig. En 1299 Àlvar de Urgell, hermano del conde murió en Italia y su cuerpo fue depositado en Bellpuig de les Avellanes, hecho probado documentalmente. Desde entonces y hasta la muerte del conde (1314) se trabajó en un total de cuatro sepulcros. Hay controversia sobre la identificación de algunas de las sepulturas condales, con opiniones diversas.
En este caso no lleva los escudos de armas; si no un apostolado. Tradicionalmente se ha identificado este sepulcro como el de Ermengol VII, fundador del monasterio.
Fallecidos en 1268 y 1270, respectivamente. Padres de Ermengol X. Este sepulcro ha sido identificado históricamente como el de Ermengol X y su esposa Dolça. Se trata de dos sarcófagos superpuestos, el de Àlvar con las armas de los Urgell y el de Cecília con las de Foix.
Sepulcro de Cecília de Foix
The Cloisters, Nueva York
Imagen de la Virgen
En el Museu de Lleida Diocesà i Comarcal se conserva una imagen de piedra policromada de la Virgen con el Niño procedente del monasterio de les Avellanes. Se trata de una obra atribuida a Bartomeu de Robió, artista documentado entre el 1360 y 1380 en la ciudad de Lleida donde trabajó en el retablo mayor de la Seu Vella, ahora conservado sólo en parte. La imagen de la Virgen salió del monasterio a raíz de la desamortización, de una manera análoga a lo que ocurrió con los sepulcros condales, fue vendida y pasó a manos del coleccionista estadounidense Charles Deering que en aquella época estaba vinculado con Sitges. Por alguna razón afortunada esta es una de las piezas del coleccionista que no salieron del país y después de pasar por varias manos, en 1991 fue declarada Bien Cultural, quedando protegida. Finalmente, en 2011, la obra fue adquirida por la Generalidad de Cataluña y quedó depositada en el Museu de Lleida. La limpieza de la obra ha puesto de relieve la rica policromía de la imagen que luce una vestidura suntuosa.
A levante del conjunto monástico se situaba un patio cerrado con un muro, ahora desaparecido. Adosada al muro se construyó una fuente para conmemorar la traída de agua al establecimiento en época de Jaume Caresmar.
El cerramiento del patio en una fotografía del año 1921
Foto: Arxiu del Monestir de Bellpuig de les Avellanes (AMBA)
Hermanos maristas en el claustro del monasterio
Toma de hábito, 1921
Foto: Arxiu del Monestir de Bellpuig de les Avellanes (AMBA)
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