Según Yepes, en este lugar podría haber existido un monasterio benedictino en 997, pero la poca consistencia de la fuente hace que esta afirmación deba ser rechazada. Ya en 1151, Alfonso VII hizo una donación de unas tierras baldías en el lugar llamado Meira, lo que hace pensar que en ese momento el monasterio todavía no existía. Álvaro Rodríguez (†1167), el beneficiario de aquella donación, y su esposa, Sancha Fernández, serían los responsables de la nueva fundación. El hecho es que, en 1154, el propio Alfonso hizo una nueva donación, esta vez a Vidal de Meira, primer abad de esta casa.
Por otra parte, se tiene noticia de la existencia de una inscripción, ahora perdida, que situaba la fundación cisterciense en el año 1142. Todo ello permite afirmar que la fundación del monasterio en este lugar se efectuó entre los años 1151 y 1154, sin descartar que fuese el resultado del traslado de una comunidad formada en otro lugar en 1142; de hecho, las crónicas cistercienses le asignan la fecha de 1143. Sea como fuere, la nueva casa se fundó desde la abadía de Claraval (Aube) y se considera que intervino directamente en ella Bernardo de Claraval (1090-1153). Durante un largo período de tiempo, Meira fue beneficiaria de los favores de la monarquía, lo que le permitió disfrutar de una cómoda posición económica.
Durante el siglo XIII, el monasterio mantuvo enfrentamientos con señores feudales de los alrededores, los obispos de Mondoñedo y otros monasterios de la misma orden debido a diferencias de carácter económico. De Meira dependían dos abadías cistercienses femeninas, la de San Salvador de Ferreira y la de Santa María de Moreira (Castroverde). En 1504, ésta última se convirtió en priorato de Meira, ya sin comunidad femenina. Durante el siglo XV, esta casa, como la mayoría de los monasterios del entorno, pasaba por una época de decadencia, debida sobre todo a la existencia de abades comendatarios poco vinculados a las comunidades que dirigían.
Herrajes del portal (s. XII-XIII)
Sin embargo, en Meira esta situación no era tan angustiosa como en otros monasterios. De todas formas, la casa fue reformada, y en 1503 se afilió a la Congregación Cisterciense de Castilla, lo que llevó a este establecimiento a una época de estabilidad que permitió la renovación arquitectónica del monasterio. En el siglo XVI, se emprendió la construcción de un nuevo claustro en sustitución del anterior y otro de nueva planta, con sus dependencias anexas. A finales de ese siglo, se estableció un colegio de filosofía.
Ya en el siglo XIX, el monasterio y colegio de Meira sufrieron los efectos de la guerra de la Independencia, cuando fue transformado en hospital. Una vez recuperado y restaurado, sufrió una nueva dispersión temporal de los monjes a raíz del Trienio Liberal, que desmanteló de nuevo el monasterio. Posteriormente, la desamortización de 1835 le dejó definitivamente sin comunidad religiosa. El monasterio se encontraba en estado de ruina cuando, en 1845, fue cedido al Ayuntamiento. Más adelante se restauraron algunas de las dependencias, especialmente la iglesia, y actualmente sólo se conserva este edificio y parte de las dependencias, con restos del claustro del siglo XVI, ocupados por la rectoría y las oficinas municipales.
Filiación de Meira
Según el Originum Cisterciensium (L. Janauschek, 1877)
Retablo mayor
Bernardo de Claraval (s. XVIII)
Sepulcro de Pedro de Miranda (1543)
Esquema de la planta de la iglesia
Claustro (s. XVI)
Claustro (s. XVI)
Claustro (s. XVI)
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El monasterio está en el centro de la villa de Meira, al noreste de Lugo