Los
orígenes de este monasterio son inciertos, se ha dicho
que podría tratarse de una casa de origen alto medieval
e incluso de un monasterio doble, con monjes y monjas.
La mención segura más antigua del lugar es del año 1108,
en una donación efectuada a su favor y que recibió su
abadesa, Ximena. Quizás más adelante pasó una época de
decadencia y muy posiblemente quedó sin comunidad.
Fueron sus patrones quienes se encargaron de su
restauración, en 1175 la condesa Fronilda Fernández, que
poseía el monasterio por haberlo recibido de sus
antepasados, logró la pertinente autorización
episcopal y reunió la primera comunidad renovada. |
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En ese
momento se instauró la regla cisterciense y se puso la
casa bajo la dirección de la abadía
de Santa María de Meira convirtiéndose de hecho un
priorato de aquel monasterio. Sin embargo, la fundadora
y su descendencia aunque sin profesar ni integrarse en
la comunidad cisterciense, mantuvieron cierto vínculo e
incluso autoridad sobre la casa, interviniendo en muchas
decisiones. Esta relación había terminado a finales del
siglo XVI, cuando el monasterio entró en la Congregación
Cisterciense de Castilla, momento en que también acabó
su dependencia de Meira. El monasterio se mantiene
activo en la actualidad. |
Monasterio de Ferreira |