Hacia el 916 el noble Aymard de BorbónAymard (o Ademar) de Borbón
(894-c953)

Señor de Borbón, situado en el origen de la Casa de Borbón. El 912 recibió de Carlos III el Simple el señorío de Souvigny entregó unas propiedades que tenía en Sauvigny, que incluían una iglesia dedicada a san Pedro, a la abadía de Cluny fundada pocos años antes. Poco después comenzaría la vida monástica en este lugar como priorato dependiente de la gran abadía borgoñona. Esta casa creció y se desarrolló gracias a las figuras de los santos Mayeul y Odilón, además de la casa de Borbón que la protegió. El 994, Mayeul, abad de Cluny, que se encontraba de paso mientras iba de camino a la abadía de Saint Denis, murió aquí, su cuerpo quedó en ese lugar por la presión popular local y pronto fue considerado santo, convirtiéndose objeto de devoción, al tiempo que se le atribuían muchos milagros.

Odilón, discípulo y sucesor de san Mayeul al frente de la abadía de Cluny hizo estancias en Souvigny donde impulsó la construcción de una nueva iglesia. San Odilón de Cluny también murió en Souvigny, en el año 1049. La devoción popular a los santos Mayeul y Odilón siguió en los años y siglos siguientes. El 1063 se consagró la iglesia nueva, un edificio de tres naves a las que poco después se añadió una amplia galilea, por otro lado se dignificaron los sepulcros de los santos abades, el 1095 el papa Urbano II inauguró una tumba monumento en el centro de la nave donde se reunieron los restos de Mayeul y Odilón. En el siglo XII aún se añadieron dos naves más a las tres existentes, convirtiéndose en una gran iglesia de cinco naves.