Esta abadía fue fundada en 832 por San Conwoïon el que
se retiró a este lugar con cuatro compañeros más para
practicar el eremitismo, al tiempo que obtenía la cesión
de los terrenos para el nuevo asentamiento de los
señores locales, además del apoyo de Nominoé (c.
800-851), el primer rey de Bretaña. Los muchos episodios
milagrosos que se atribuían a aquella comunidad
impulsaron su prestigio, la llegada de devotos y las
donaciones del nobles. El 833 llegó un monje benedictino
que instruyó la comunidad en la Regla de San Benito, que
adoptaron seguidamente. Todo ello favoreció la
construcción de una nueva iglesia y la llegada de las
reliquias de san Marcelino entregadas por el papa León
IV el 848. |
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Esta casa
también sufrió los efectos de las invasiones normandas, hacia el 868
el monasterio fue abandonado y destruido por los invasores mientras
la comunidad se refugiaba en Saint-Sauveur de
Plélan gracias a la protección del rey Salomón I de Bretaña. En
este nuevo lugar se reunieron con los monjes de la
abadía de Saint-Maixent
(Deux-Sèvres) que también habían huido de los invasores llevando
las reliquias de san Majencio, que mantendrían en este lugar hasta
el 919. El fundador, Conwoïon, murió en Plélan el 868, su sucesor se
encargó de levantar de nuevo la abadía de Redon. En adelante Plélan
(dedicada a Saint-Maxent) sería un priorato de Redon. La casa de
Redon crecería con rapidez, convirtiéndose en un centro de poder muy
importante, la abadía participó en la fundación de
Saint-Gildas-des-Bois (Loira
Atlántico) el 1026 y Sainte-Croix de
Quimperlé (Finisterre) el 1029, donde enviaron a su prior, san
Gurloès, entre otras.
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San Conwoïon, fundador de Redon
Ilustración de Vie de S. Convoion, fondateur et premier abbé de Redon
Bibliothèque nationale de France |