San Martín de Tours, obispo de esta ciudad entre los años 371 y 397, se retiraba ocasionalmente en una celda en el mismo Tours, cerca de la sede episcopal, pero importunado por los visitantes decidió desplazarse fuera de la ciudad, en la orilla derecha del Loira. Se trataba de un lugar aislado que posiblemente ya había sido ocupado para fines similares en una época anterior, en este sentido la tradición sitúa en este lugar una celda ocupada por san Gaciano, uno de los siete apóstoles de la Galia (siglo III) y primer obispo de Tours. Con el tiempo se convirtió en una colonia eremítica que se rodeó de un muro donde posiblemente se reunieron unos 80 anacoretas que ocupaban unas grutas abiertas en la roca y cabañas y disponían de espacios comunitarios, con una iglesia dedicada a los santos Pedro y Pablo. A finales del siglo V, en época del obispo san Volusiano, se levantó una nueva iglesia dedicada a san Juan y se renovó el conjunto monástico, incrementando su popularidad y convirtiéndose en un importante lugar de veneración de los fieles.

Abadía de Marmoutier
Cuevas de los primeros eremitas y antiguo campanario

Abadía de Marmoutier
Dibujo de Louis Boudan (s. XVII)
Bibliothèque nationale de France

Todo ello quedó interrumpido debido a las invasiones de los vikingos que afectaron el territorio, el 853 Marmoutier fue saqueado y resultó arruinado en profundidad, la tradición menciona la muerte de 116 religiosos y la huída de los pocos que quedaron vivos. Debió pasar una larga época de penurias y abandonos, en los periodos de cierta calma los canónigos de Saint-Martin se hicieron cargo de Marmoutier convirtiéndose en una dependencia de aquella colegiata donde enviaron una pequeña comunidad que mantendría mínimamente el lugar. Ya bien entrado el siglo X Marmoutier comenzó a recuperar sus posesiones y privilegios que habían recibido en época carolingia, antes de las invasiones normandas. Pero no fue hasta el 982 que se recuperó la regularidad monástica gracias a la intervención del conde Eudes I de Blois (c950-c995) que también tenía el cargo de abad laico de Marmoutier. El conde pidió la intervención del abad Mayeul de Cluny (910-994) que el 982 proveyó el monasterio de una nueva comunidad cluniacense transformándola en una casa regular, el mismo Mayeul fue su primer abad.

Abadía de Marmoutier
Grabado núm. 162 del Monasticon Gallicanum
Bibliothèque nationale de France

Siguió una larga época de prosperidad gracias a sus orígenes relacionados con la figura de san Martín que facilitaban la llegada de donaciones, su influencia era muy importante e intervino en numerosas fundaciones o reconstrucciones de abadías que se llevaban a cabo por todo el territorio, además de la posesión de un elevado número de prioratos propios. Muchos monjes formados en Marmoutier ocuparon cargos importantes en otras abadías. El 1096 el papa Urbano II consagraba la iglesia monástica. En el siglo XII ya se había desarrollado un gran monasterio. El 1255 Luis IX de Francia puso la abadía bajo su protección y la de sus sucesores en la corona.

Abadía de Marmoutier
Actual capilla, de construcción moderna