La orden
de Grandmont se expandiría pronto por los territorios de
la actual Francia donde centrarían su actividad desde
esta casa madre, en la Península Ibérica llegaron a
establecer dos casas en Navarra: Tudela y Estella. El
1189 se canonizó a
San
Esteban de Grandmont y con este motivo se hizo
construir un nuevo altar con una espléndida decoración
de esmaltes, del que todavía queda algún vestigio, obra
paradójicamente contraria al espíritu de pobreza que
impulsaba ese orden. Aquel altar incorporaba, además de
las reliquias de san Esteban, otras arquetas que se
irían añadiendo después, modificando el altar original.
Actualmente sólo se conserva una de esas piezas, ahora
en Ambazac, además de dos placas esmaltadas en el Museo
de Cluny de París. |
Dos obispos
con la arqueta de
san
Esteban de Muret
Dibujo de una miniatura del Speculum Grandimontis
Publicada ena Histoire de l’abbaye de Grandmont |
San Mateo
Esmalte del retablo de Grandmont
Museo del Louvre, París
© 1995 RMN / Daniel Arnaudet |
Después de
una época de cierta decadencia, en 1317 el papa Juan
XXII reformó la estructura de Grandmont, dando la
categoría de abadía al hasta entonces priorato de
Grandmont, además redujo a 39 el número de prioratos que
dependían de ella, agrupando las numerosas celdas que
hasta ese momento tenían, también estableció el sistema
de elección de priores y abad de las diferentes casas
monásticas. El 1363 la abadía de Grandmont fue víctima
de la guerra de los Cien Años y los episodios de
destrucción se repitieron en muchos de sus prioratos. A
partir del 1471 la abadía comenzó a estar regida por
abades comendatarios, en aquella fecha fue designado
abad Carlos II de Borbón, también arzobispo de Lyon
entre otros cargos y que nunca estuvo en Grandmont, este
régimen de encomienda se mantuvo hasta el 1563, cuando
los monjes volvieron a elegir su superio. En 1770 se
intentó la reforma de la observancia de las casas de la
orden pero su rechazo por ciertos sectores terminó con
la supresión de la orden en 1772, oficializada con una
bula papal. En 1788 los edificios del monasterio ya se
encontraban en ruina. Los bienes muebles se perdieron en
su mayoría y otros se dispersaron. Actualmente quedan en
Grandmont escasos vestigios del monasterio. |
Carlos II
de Borbón, primer abad comendatario de Grandmont
Jean Hey, Alte Pinakothek, Munich
Fotografía de Wikimedia Commons |
Arqueta de Ambazac, procedente
del retablo de Grandmont |
Detalle de la arqueta
de Ambazac |
Detalle de la arqueta
de Ambazac |
Detalle de la arqueta
de Ambazac |