San
Filiberto de Tournus, o de Noirmoutier, murió en 685
en este último lugar, una abadía situada en una isla,
donde fue enterrado. Años antes había fundado la abadía
de Jumièges (Sena Marítimo) y luego la misma
abadía de
Noirmoutier (Vendée). Aquel monasterio se mantuvo en
actividad hasta que los monjes que integraban su
comunidad se vieron obligados a abandonarlo en 836 a
causa de las continuas incursiones normandas. Tras
varios abandonos temporales, aquellos monjes finalmente
se desplazaron para establecerse en Déas (ahora
Saint-Philbert-de-Grand-Lieu), donde tenían una iglesia
en la que se habían refugiado en otras ocasiones. Los
religiosos llevaron con ellos sus bienes más preciados,
entre ellos los restos de san Filiberto con su sarcófago
de mármol. Inmediatamente comenzó la construcción de una
cripta donde fueron depositadas las reliquias que fueron
veneradas por los devotos gracias a los episodios
milagrosos que se le atribuían. |
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La estancia en Déas fue corta, los ataques de los normandos llegaron
hasta ese lugar, después de incendiar Noirmoutier el 846, el 847 fue
atacado Déas y en 848 lo abandonaron a causa de su destrucción. El
858 se recuperaron las reliquias que habían dejado emparedadas en la
cripta para trasladarlas a diferentes lugares hasta llegar a
Tournus (Saona y Loira) el 875,
lugar donde la comunidad se asentó definitivamente, con los restos
del santo. La afluencia de peregrinos a
Saint-Philibert-de-Grand-Llieu desapareció a causa de la pérdida de
las santas reliquias y el lugar se convirtió en un priorato
dependiente de Tournus que mantuvo su actividad hasta finales del
siglo XVII, después de sufrir los efectos de las guerras de los Cien
Años y de Religión. Se conserva con modificaciones una antigua
iglesia del siglo IX, que se caracteriza por la alternancia de
piedra y ladrillos en su construcción. |
Abadia de Saint-Philibert |