Otros monasterios de Burgos

Franciscanos

El convento franciscano de Castrojeriz fue fundado en 1315 por Fernando de Haro, que puso una casa que tenía en ese lugar a su disposición, se establecieron en un lugar apartado de la población, a levante de ésta. Los frailes menores consideraron que su situación no era adecuada y consiguieron otro lugar donde levantar el nuevo convento, en 1325 se pudo efectuar el traslado. Después, la primera ubicación serviría a las monjas de Santa Clara para establecer su monasterio. Una vez suprimido el convento a causa de la desamortización y desalojado, quedó abandonado y finalmente convertido en cementerio, hasta 1889. Las ruinas han estado muchos años abandonadas y llenas de vegetación, aunque el lugar se ha desbrozado, todavía está en estado de ruina.

Clarisas

El monasterio de clarisas de la Ascensión de Lerma fue fundado en 1604 gracias a la iniciativa de Mariana de Padilla, nuera de Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma y gran mecenas de la ciudad. La promotora se hizo cargo de la construcción del monasterio, de la adquisición del mobiliario y de garantizar las rentas necesarias para su subsistencia. En 1808, con la guerra de la Independencia, el monasterio fue ocupado por las tropas extranjeras que lo saquearon, las monjas pudieron regresar cinco años después. Durante ese siglo la comunidad sufrió también los efectos de la exclaustración de 1835 y de la Revolución de 1868, cuando las monjas se refugiaron en San Blas. Las clarisas pudieron volver poco después y todavía ocupan el monasterio.

Dominicos

El convento de Santo Domingo fue una de las casas monásticas fundadas a iniciativa del primer duque de Lerma, Francisco de Sandoval. Este acto tuvo lugar en 1610 y en 1613 se inició la construcción de los edificios conventuales. En 1617 aquella obra ya estaba terminada. Fue un convento modesto, su vida terminó en 1835, con la exclaustración. A partir de ese momento la casa se utilizó para finalidades diversas, desde almacén, cuartel de la guardia civil y escuela, además de sufrir los efectos de un incendio.

Dominicas

El origen del monasterio de San Blas de Lerma hay que buscarlo más lejos, en Cifuentes (Guadalajara), donde existía una capilla dedicada san Blas, un personaje que tradicionalmente se considera que había sufrido martirio en ese lugar en tiempos de Nerón. Lo cierto es que cerca de aquella capilla donde se veneraban sus reliquias, el infante Don Juan Manuel de Castilla (1282-1348) fundó en 1346 un monasterio de monjas dominicas, San Blas de Tovar.

Carmelitas
descalzos

Este convento de carmelitas descalzos fue fundado en Lerma en 1612 y se consagró en 1617. La iniciativa fue impulsada desde el ducado de Lerma, en su época de esplendor, con Francisco de Sandoval, primer duque de Lerma (1599-1625). A la muerte de éste, la casa cayó en decadencia y en 1631, cerró, pero se recuperó en 1633. El siglo XIX trajo las adversidades propias de la época, como la guerra de la Independencia y la misma desamortización que cerró definitivamente el establecimiento, en 1836. Ahora el convento es utilizado por la administración, mientras que la iglesia tiene funciones parroquiales desde 1864, dedicada a San Juan Bautista.

Clarisas

El monasterio de clarisas de Santa María de Rivas fue fundado con una bula del papa Eugenio IV, en 1432. La primera abadesa fue Juana de Villapanillo, personaje que se había reunido un par de años antes con otras compañeras formando un beaterio, después entraron en contacto con las clarisas de Tordesillas y finalmente profesaron en esa orden. Más adelante se fueron levantando las construcciones monásticas con la ayuda de diferentes personalidades, entre ellas Isabel la Católica, también sufrió los infortunios de incendios (1570 y 1647) y guerras (1795 y 1808). La casa se mantuvo activa hasta 2009, cuando fue suprimida. La iglesia es la que se edificó después de la fundación, del siglo XV.

Franciscanos

El monasterio de San Bernardino de Poza de la Sal es una de las diversas fundaciones que efectuó fray Lope de Salazar (c1393-1463) en tierras de Burgos. Fray Lope era discípulo de Pedro de Villacreces, también fundador e impulsor de una reforma observando dentro de orden franciscano. Antes, fray Lope había fundado un convento de frailes menores y un monasterio de clarisas en Briviesca, también el eremitorio de San Antonio del Monte, donde haría largas estancias y el convento de San Bernardino de la Sierra, entre otros. La fundación de San Bernardino de Poza se formalizó en 1451 (otras crónicas sitúan en 1415, seguramente por error) con la ayuda de los Rojas, señores de Poza de la Sal y el apoyo de la casa de los Velasco (Pedro Fernández de Velasco, 1425-1492) que también habría intervenido en otros establecimientos.

Franciscanos

Se desconoce la fecha de llegada de los franciscanos a Silos, donde ocuparon una iglesia preexistente dedicada a Nuestra Señora del Paraíso. En época del abad Juan III del monasterio de Santo Domingo de Silos, los frailes menores y los benedictinos mantuvieron un enfrentamiento a cusa del traslado de los primeros al interior de la villa, lo que enfureció a los benedictinos que se enfrentaron a él y llegaron a incendiar el nuevo convento que se había levantado. Los responsables fueron amenazados de excomunión, hasta que en 1301 una bula de Bonifacio VIII levantó la sanción. El primer convento, alejado del centro de Silos se renovó en el siglo XVIII, donde los frailes menores mantuvieron su actividad hasta 1835, cuando fue exclaustrado. Pasó entonces a manos particulares, hasta que en 1890 el lugar fue adquirido por la comunidad benedictina de Silos. Había caído en ruinas y entre 1991 y 2009 ha sido restaurado y rehabilitado para albergar una exposición sobre la historia del monacato.