Inicialmente la organización de Francisco y sus seguidores tomó la forma de fraternidad, un movimiento de carácter popular defensor de la reforma de la Iglesia en cuanto al retorno de los antiguos ideales especialmente en relación a la pobreza, esto dio origen a enfrentamientos puntuales con el poder eclesiástico pero sin apartarse de la obediencia, evitando la consideración de herejes. Los seguidores de Francisco debían renunciar a sus bienes antes de dedicarse a la evangelización. En 1209 el movimiento recibió el visto bueno que debería facilitar su asentamiento y expansión, el objetivo no era la fundación de una orden religiosa tal como la entendemos hoy, pero poco a poco se iría oficializando. El 1212 se instituyó una rama femenina, la orden de Santa Clara, fruto de la colaboración entre Francisco y Clara de Asís que se reunió alrededor de la iglesia de San Damiano y que se dedicó esencialmente a la vida contemplativa, aquella organización tendría su propio recorrido a pesar de formar parte de la familia franciscana como "segunda orden" de la misma.

Toma del hábito de santa Clara
Compartimento de la predela de un retablo. Fra Angelico, 1429
Gemäldegalerie (Berlín)

Basílica de San Francisco, Asís

La expansión del movimiento era ya importante, en 1217 ya se habían creado doce provincias franciscanas distribuidas en diversos territorios de Europa, fueron ampliando su ámbito de actuación acentuando su espíritu misionero. En este sentido Francisco emprendió un viaje a la península Ibérica que le llevó hasta Santiago de Compostela. La fecha del viaje que debía conducirlo hasta Marruecos no se puede precisar, pero hay que situarlo hacia el 1214. Hay pocos detalles ciertos de aquel viaje que generó una larga serie de narraciones y atribuciones de fundaciones por todo el norte de la península. Parece cierto que llegó a Barcelona por mar y es bastante seguro que estuvo en la capilla del hospital de San Nicolás de Bari, origen del convento de Barcelona. Se conoce también el episodio del Milagro de Lleida, suficientemente importante como para que en época posterior un seguidor de Giotto lo representara en los muros de la Basílica Superior de Asís.

Milagro de san Francisco en Lleida
Mural de un discípulo de Giotto, c1300
Basílica Superior de San Francisco, Asís
Imagen de Wikimedia

Claustro del demolido convento de franciscanos
Convento de Sant Francesc de Barcelona. Grabado de Parcerisa (1839)
Arxiu Històric de la Ciutat, Barcelona

El 1221 se redactaría una primera normativa (la Regla no bulada), que nunca se sometió a su aprobación oficial pero que puede considerarse como el paso de fraternidad a orden religiosa. La Regla oficial (Regla bulada) es del 1223, fecha en que fue aprobada por el papa Honorio III, esta normativa ya especificaba los detalles organizativos de las comunidades. El 1226 murió Francisco y fue canonizado en 1228. El 1231 el papa otorgaba a la orden el beneficio de exención por el que dejaba a los franciscanos fuera de la autoridad episcopal y los ponía bajo la supervisión de la Santa Sede. En los años siguientes poco a poco se fueron modificado normas y conceptos de la época de Francisco que fueron configurando la orden, dando más importancia al clero y rebajando el concepto de pobreza que la había caracterizado. Cabe destacar el surgimiento de personalidades singulares, Francisco conoció a Antonio de Padua (1190-1231) nacido en Lisboa pero que predicó en otros lugares, sobre todo por el norte de Italia, convirtiéndose en uno de los santos más populares de la orden.

Plafón cerámico con una escena de la
vida de san Antonio de Padua
Convento de Sant Francesc de Vilafranca del Penedès

El crucifijo de San Damiano
Plafón cerámico del claustro de Sant Francesc de Terrassa

También fueron surgiendo diferencias en cuanto a la organización interna de las comunidades dando entrada a nuevas corrientes, se empezaron a distinguir a los frailes y casas "conventuales" seguidores de la Regla oficial con sus modificaciones de los "observantes" defensores del regreso a la observancia primitiva, estos tuvieron presencia a partir de un núcleo surgido en Italia en 1334 y que iría evolucionando hasta su práctica separación en 1446 con la firma de una bula papal, poco a poco se convirtió en la rama con más dinamismo y la que se acabó imponiendo. Uno de los personajes destacados de esta rama reformada fue Bernardino de Siena (1380-1444) uno de los predicadores más reputados de la orden. De manera paralela aparecieron otras corrientes pero tuvieron una importancia menor.

En 1525 Matteo de Bascio logró oficializar una corriente de los frailes menores que buscaba, de nuevo, el retorno al ideal estricto de Francisco, es plenamente vigente y se conoce como la de los Capuchinos. Hacia el 1583 surgió también la reforma de los Recoletos que se extendió sobre todo en Francia.

Iglesia de Sant Francesc de Montblanc

El convento observante de Calaf

Los miembros de la familia franciscana se han venido distinguiendo en tres grupos: La "primera orden" es la formada por los frailes masculinos ya sean conventuales, observantes o capuchinos, la "segunda orden" agrupa las monjas (clarisas con reglas diversas y las capuchinas) y la "tercera orden" con diferentes instituciones formadas por seglares. La orden franciscana sufrió las graves consecuencias de los cambios sociales que afectaron los diversos países de Europa a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX con la pérdida de la gran mayoría de sus miembros y de los conventos, de todos modos la posterior recuperación ha permitido que el espíritu franciscano continúe vigente, y en algunos aspectos con más fuerza, a pesar del descenso en cuanto al número de frailes y conventos.

Claustro de Sant Sebastià de la Bisbal

Claustro de los Cordeliers de Saint-Emilion (Gironda)