La primera noticia que se tiene del monasterio de Sobrado es del año 952, con motivo de una donación efectuada a su favor donde se menciona el nombre de su abadesa, Elvira, pero no el del abad, figura que debería existir porque se trataba de un monasterio dúplice dedicado a San Salvador y Santiago. Aquella donación la hicieron los condes Hermenegildo y Paterna, quienes se considera sus fundadores, los cuales habrían establecido la nueva casa poco antes, convirtiéndose en un monasterio familiar muy vinculado a sus patrones, de hecho el fundador habría ingresado como monje en este monasterio el 958. Durante esta primera época del monasterio destaca la personalidad de san Pedro de Mezonzo, monje del monasterio de Mezonzo y después abad de Sobrado (965-985).

A partir de 1006 parece que la casa entró en decadencia, el 1060 Fernando I de León y Galicia lo incorporó al patrimonio real. Todavía hay noticias de su comunidad en 1080 y poco después habría quedado despoblado. Mientras, el patronato de la casa pasaba por varias manos hasta Urraca I de León, que en 1118 lo entregó al conde Fernando Pérez de Traba y su hermano Bermudo. Finalmente, en 1142, los patrones dieron el monasterio abandonado a la orden del Cister, que volvieron a fundar este cenobio, ahora bajo la advocación de Santa María.