Monasterio de Santa Maria de Valldigna

La primera comunidad ocupó una lonja musulmana en el lugar de Benizael, que fueron adaptando a sus necesidades levantando nuevas construcciones, especialmente una iglesia, que después irían ampliando. En 1354, el monasterio resultó dañado a causa de la guerra de la Unión y en los años siguientes se trabajaba en su recuperación. En 1371, Valldigna compró la alquería de Rascanya, donde en 1378 fundó el priorato, y más tarde monasterio de Sant Bernat de Rascanya, que pervivió hasta 1545, cuando pasó a los jerónimos y sería conocido en adelante con el nombre de San Miguel de los Reyes (Valencia). Mientras, en 1396, Valldigna fue víctima de un terremoto que le afectó notablemente.

Durante la segunda mitad del siglo XVII se levantaba una nueva iglesia, la actual, mientras que la casa, tras intromisiones en su gobierno, quedó en decadencia, lo que se agravó con la guerra de Sucesión, a principio del siglo XVIII. Ya en el siglo XX, sufrió los efectos de la guerra de la Independencia, del Trienio Liberal y, sobre todo, la desamortización, que la suprimió. El monasterio pasó a manos particulares y los bienes muebles se perdieron o dispersaron, éstos también sufrirían después los efectos de la guerra Civil. Las dependencias monásticas fueron perdiéndose o utilizando para actividades agrícolas, con el consiguiente deterioro. La protección no llegó hasta 1970, pero no evitó que continuara el expolio. No fue hasta 1991 cuando pasó a manos públicas, se detuvo el deterioro y empezaron las tareas de recuperación de las dependencias que todavía se mantenían.