El origen de la abadía de Obazine se encuentra en un eremitorio establecido muy cerca de este lugar por Esteban de Vielzot (también conocido como Esteban de Obazine, † 1159) y su compañero Pedro. Pronto, algunos seguidores se reunieron a su alrededor, lo que les llevó a oficializar el establecimiento obteniendo la aprobación episcopal. Se considera que el eremitorio fue fundado, es decir, autorizado, hacia 1127.
A pesar de la voluntad inicial de sus impulsores de llevar una vida eremítica, el lugar se convirtió progresivamente en un cenobio donde se practicaba la vida comunitaria, aunque bajo unas normas de aislamiento y silencio muy estrictas. Hacia los años 1130-1134, se buscó un lugar más adecuado para la construcción de un monasterio capaz de acoger a la numerosa comunidad que se había formado. En 1135, a pesar de sus reticencias debido a su inclinación por el eremitismo, Esteban asumió la dirección de la nueva casa. En aquella época fundacional, el monasterio no seguía ninguna regla conocida y se regía por normas propias muy estrictas, que también incluían el trabajo manual.
Ese mismo año, Esteban visitó la Grande Chartreuse, atraído por el modelo de vida cartujano, que en aquella época estaba tomando forma. A pesar del deseo de alcanzar un acuerdo con los cartujos, este no se concretó, probablemente debido al gran número de monjes de Obazine, que los cartujos querían más limitado, y a la lejanía entre ambos cenobios, que desaconsejaba la afiliación. Al regresar a Obazine, tomó la decisión de consolidar el establecimiento como un monasterio plenamente cenobítico y continuar su construcción, debatiéndose entre convertirse en una canónica regular o adoptar alguna regla monástica.
Paralelamente, se regularizó la comunidad femenina que se había formado en el mismo lugar. En 1140 se inició la construcción del monasterio de Coyroux, destinado a las monjas. Obazine entró en contacto con la abadía de Dalon (Dordoña), que había adoptado las costumbres cistercienses, y monjes de esa comunidad instruyeron a la nueva casa en la vida cenobítica. En 1142, el obispo de Limoges consagró las iglesias de las abadías de Obazine y Coyroux, esta última situada cerca de la primera.
Gracias a su solidez y trayectoria, pronto se fundaron desde Obazine nuevas casas, como la de Bonaigue (Corrèze, 1140), La Valette (Cantal, 1143), posteriormente trasladada, y la celda de La Frenade (Charente, c. 1140), entre otras. Sin embargo, el monasterio no adoptó oficialmente la regla del Císter hasta 1147. En los años siguientes, aún se trabajaba en la adaptación a las nuevas costumbres. En 1156 se inició la construcción de una nueva iglesia, todavía en vida del fundador. El monasterio cisterciense vivió un largo período de prosperidad y mantenía una comunidad muy numerosa.
La generosidad de la nobleza, entre otros, de los vizcondados de Comborn y Turena, permitió al monasterio acumular numerosas posesiones que se extendían por diversas regiones. En 1279, los restos del santo fundador fueron trasladados de la sala capitular a la iglesia y depositados en una tumba decorada con esculturas, que aún se conserva. La guerra de los Cien Años afectó al monasterio y sus posesiones, y poco a poco se desarrolló una villa a su alrededor. Más adelante, también sufrió los estragos de las guerras de Religión. En el siglo XVIII, la comunidad estaba en decadencia y los edificios en peligro de ruina. En 1757, la iglesia fue acortada, perdiendo seis de los nueve tramos originales y reduciendo drásticamente sus dimensiones. La vida monástica llegó a su fin en 1789 con la Revolución.
Del conjunto monástico se conserva la iglesia, que, tras su demolición parcial, actualmente tiene tres naves de tres tramos, con un crucero y un ábside poligonal. En los brazos del crucero se abren seis capillas de planta rectangular. El edificio, originario del siglo XII, conserva en su interior el sepulcro de san Esteban de Obazine, una notable obra del siglo XIII. Entre otros elementos destacados, también alberga un armario litúrgico de madera (s. XII) y restos del coro del siglo XVII. En cuanto a las dependencias monásticas, cabe mencionar la sala capitular, mientras que otras construcciones, como el claustro y el refectorio, se han perdido.
Filiación de Obazine
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