Cartuja de Notre-Dame de Prébayon

Al año siguiente la casa estaba construida y llegó la primera comunidad que quedó bajo la dirección de la propia Germilia. El monasterio era seguidor de la regla de San Cesáreo gracias a consideración que se tenía a santa Rustícola de Arlés (555-632) abadesa del monasterio de Saint-Césaire de Arlés que colaboró en la fundación de Prébayon. De aquella casa se conocen pocos detalles, sólo que tenía una comunidad numerosa. Posiblemente, en 731, la vida de aquella comunidad fue interrumpida a causa de una invasión sarracena, con el resultado de su destrucción, la muerte de algunas religiosas y la dispersión del resto de la comunidad.

En 1060 el conde Godofredo I de Provenza entregó a la abadía de Montmajour (Bocas del Ródano) unas tierras que poseía en el lugar de Ramières (en la actual Gigondas, cerca de Prébayon) con una capilla dedicada a Saint-André. Tres años después, debido a la insalubridad, inseguridad y peligro de riadas, Montmajour ofreció San André de Ramières a las monjas de Prébayon. Seguramente la comunidad se instaló en Saint-André, pero también mantendría a Prébayon con monjas que residían allí. Más adelante, pidieron su afiliación a la orden de la Cartuja, por este motivo se adaptaron las costumbres cartujanas que hasta ese momento sólo tenía comunidades masculinas.

Durante el siglo XVII la cartuja sufría un largo período de relajamiento de las costumbres hasta el punto de que en 1708 se llamó una benedictina como priora de Saint-André con la voluntad de introducir la reforma de Saint-Maur, pero la empresa no tuvo éxito y la casa iba cayendo en ruina. Finalmente, pasó a ser administrada desde el obispado, hasta que en 1734 fue suprimida, convirtiéndose en adelante en una residencia episcopal. El lugar fue vendido después de la Revolución. Se conservan las ruinas de la casa de Prébayon, en el fondo de un valle boscoso, de Saint-André de Ramières hay escasos restos.