El origen de esta orden canonical y hospitalaria hay que buscarlo en el actual departamento francés de Isère, donde se encuentra la abadía de Saint-Antoine. Hacia los años de la década de 1070 habrían llegado hasta aquí las reliquias de san Antonio Abad, traídas de Oriente por un peregrino. Pronto la iglesia que las custodiaba se convirtió en un centro muy concurrido debido a la atracción de fieles que acudían. Debido a esto, se pidió a los monjes de la abadía de Montmajour (Arlés, Bocas del Ródano) que se establecieran, lo que dio origen a un priorato benedictino dependiente de aquella abadía, fundado hacia el 1088.

Dintel del hospital antoniano de Barcelona
Arxiu Provincial de l'Escola Pia de Catalunya
(APEPC 11-17-22 caixa 2 núm. 26)

El lugar creció en popularidad con la llegada de peregrinos que se encomendaban al santo para conseguir la curación de la enfermedad conocida como fuego de San Antonio (ergotismo), muy común en aquella época. Uno de los peregrinos curados fue Guérin de Valloire, en cumplimiento de una promesa dedicó su vida a atender a los enfermos acompañado de su padre, Gastón. Rápidamente se reunió una pequeña comunidad que tenía cuidado de los enfermos y el mismo año de 1095 ya disponían de un pequeño hospital y, además, obtuvieron la confirmación fundacional del papa Urbano II. El primer maestre de la organización fue el mismo Gastón de la Valloire.
 

Amputación de una pierna en un hospital de los antonianos
Ilustración de Feldtbuch der wundtartzney
Estrasburgo, 1517

Sant Antoni de Valls

San Antonio enterrando a san Pablo Ermitaño
Detalle de una tabla con escenas de la vida de los santos Antonio y Pablo (1380-90)
Bartolo di Fredi
Gemäldegalerie (Berlín)

El priorato benedictino y el hospital convivieron pero el rápido desarrollo de la comunidad de hospitalarios que extendió su influencia por otras tierras con la creación de nuevas casas, especializadas en la curación del fuego de San Antonio que incluso comportaba la práctica de la cirugía. Pronto su actividad topó con los intereses del priorato de Montmajour disputándose el control del lugar, las reliquias y la peregrinación. Durante la primera mitad del siglo XIII los hospitalarios fueron consiguiendo privilegios en detrimento de los que ostentaban los benedictinos, finalmente en 1247 el papa Inocencio IV sometió aquellas comunidades en la Regla de San Agustín, convirtiéndose en adelante un verdadero orden religiosa de tipo canonical.

Sant Antoni de Cervera

A finales de ese siglo se vivieron episodios violentos entre las dos casas y finalmente en 1297 el papa Bonifacio VIII suprimió el priorato de Montmajour, dejando el lugar de Saint-Antoine únicamente en manos de los antonianos, con categoría de abadía. Esta casa fue la cabeza de la orden, donde residía el gran maestro y dejaba a los canónigos bajo dependencia directa de Roma. A pesar de esta resolución, los enfrentamientos con Montmajour contuaron hasta el 1502.
 

Saint-Antoine de La Lande (Poitou-Charentes)

Calle de Sant Antoni, Lleida

Su organización era similar a la de las órdenes militares, divididos en bailías con sede en las encomiendas o preceptorías, siempre bajo la tutela de la casa madre de Saint-Antoine. Su expansión se llevó a cabo sobre todo por la actual Francia, especialmente en tierras occitanas, y en las grandes ciudades y vías de comunicación. En la Península se fundaron establecimientos en el Camino de Santiago, con las casas principales de San Antón de Castrogeriz (Burgos) y Olite (Navarra) desde donde también se administrarían las casas de la Corona de Aragón. En los siglos XVI y XVII la orden se encontraba en decadencia, y en 1791 se suprimió. La casa de San Antonio Abad de Barcelona se encargó de atender a los religiosos de toda España, a medida que se iban suprimiendo los conventos.

Retablo de la casa antoniana de Issenheim (Alsacia)
Ahora al museo Unterlinden de Colmar
Fotografía de Vincent Desjardins en Wikimedia