Antes de
la fundación de la casa cisterciense, en este lugar
habría existido un monasterio benedictino, mencionado en
el año 1088 y dedicado a San Pedro. La fundación
cisterciense se hizo en 1147 gracias a la iniciativa de
la infanta Sancha Raimúndez, hermana de Alfonso VII de
Castilla y León. Una tradición dice que para esta
fundación
san Bernardo de Claraval envió uno de sus
hermanos, Nivard de Claraval. El nombre de la Santa
Espina hace referencia a una reliquia de la corona de
Cristo que se habría custodiado en este lugar y que
algunos dicen que ya estaba antes de la fundación
cisterciense. |
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Esta casa
tendría un rápido desarrollo y desde aquí se fundaron
otras casas de la orden:
Sandoval (León, 1167) y Santa María de Valdeiglesias
(Madrid, 1177). En cambio la construcción del monasterio
se desarrolló de una manera más lenta, desde la época de
la llegada del Cister hasta el siglo XVI, aunque se
hicieron más obras posteriormente, como la
reconstrucción del claustro (siglo XVII). En 1731 fue
víctima de un incendio que lo afectó en buena parte. A
partir de la desamortización cayó el el abandono hasta
que fue recuperado como granja agrícola, actualmente es
propiedad de la Junta de Castilla y León, que continúa
la actividad docente.
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La Espina |