Monasterio de San Salvador de Leyre

Leyre estuvo vinculado a la monarquía navarra y fue beneficiario de numerosas donaciones de los monarcas a lo largo de los años, lo que demuestra su importancia, más aún si tenemos en cuenta que algunos de ellos se hicieron enterrar aquí. En este sentido, incluso el monasterio se convirtió durante un tiempo en corte real, cuando la monarquía navarra se refugió en ella debido a la situación bélica con el islam. Por otra parte, Leyre también gozó de una especial vinculación con el obispado de Pamplona, en 924, Abd al-Rahman III destruyó aquella ciudad, dando más protagonismo al monasterio, la figura de abad de Leyre y de obispo de Pamplona coincidían en las mismas personas.

La nueva situación no fue aceptada con agrado por la comunidad de Leyre y los pleitos fueron continuos y agotadores. Para defender sus intereses, los monjes de Leyre no dudaron en confeccionar documentación falsa, pero finalmente tuvieron que admitir las nuevas circunstancias. El monasterio quedó debilitado, durante la primera mitad del siglo XIII, la comunidad constaba de sólo trece monjes, anteriormente había llegado a reunir ochenta. Su situación se agravó aún más con la intervención del Císter. El papa Gregorio IX envió a unos visitadores al monasterio, pero éstos introdujeron una comunidad cisterciense, a la vez que los benedictinos fueron expulsados. Desde 1269 pasó a depender del monasterio de La Oliva y empezaron los procesos y enfrentamientos de todo tipo entre cistercienses y benedictinos, las diferencias no terminaron hasta mucho más tarde, en 1306, con el monasterio extremadamente debilitado.

El edificio más interesante del conjunto monástico es su iglesia de la que destaca la cabecera románica, lisa. La cripta es una construcción muy característica, con varias naves separadas por poderosas columnas. La nave de la iglesia es gótica, cisterciense. La portada, conocida como Porta Speciosa, es una obra del siglo XII, con esculturas relevantes.