Tradicionalmente se ha considerado que esta casa tiene
un origen muy antiguo, hay que decir que Gregorio de
Tours menciona el lugar de Athanaco y también que en
este monasterio se formó
san Román
durante la primera mitad del siglo V, antes de retirarse
a Condat. Las
noticias directas más antiguas son del siglo IX, el 859
se menciona su abad, Aureliano, quien la habría
restaurado ya que el lugar se encontraba abandonado,
hacia el 863 hizo venir monjes del
monasterio de Bonneval
(Eure y Loir) para recuperar el monasterio, los
cuales retornaron luego al lugar de origen. Aureliano
fue nombrado arzobispo de Lyon el 875 pero mantuvo el
cargo de abad hasta su muerte, el 895. En el siglo X un
ataque de los húngaros destruyó el monasterio, que fue
restaurado por el abad Amblard. La iglesia que se
levantó a principios del siglo XII fue consagrada por el
papa Pascual II el 1107. A partir de aquí el monasterio
mantuvo de una larga época de prosperidad, consiguiendo
gozar de renombre y reunir un amplio patrimonio, pero
todo ello se fue perdiendo a causa de una larga crisis
que afectaría el monasterio y la observancia. |
|
En el
siglo XIV se construyó un suntuoso palacio abacial, pero el
relajamiento de las costumbres, la llegada del régimen de encomienda
y las destrucciones a causa de las guerras de Religión (1562) la
llevó a la decadencia. En 1685 se secularizó y el lugar quedó a
cargo de un capítulo de canónigos y aún en 1780 perdió esta
condición convirtiéndose en una parroquia. La Revolución trajo
consigo la pérdida de los bienes inmuebles pero la iglesia se
respetó debido a su conversión en almacén militar, luego recuperó la
condición de parroquia. En el siglo XIX se llevó a cabo una
restauración desafortunada de la iglesia que la convirtió en un
edificio básicamente neorrománico aunque conserva elementos
escultóricos medievales. También se destruyeron los restos del
claustro que ya estaba en ruina. |
Saint-Martin de Ainay antes
de la restauración del siglo XIX
Ilustración publicada en Histoire de Lyon, depuis sa fondation jusqu'à
nos jours (1829) |