La cartuja
de Sélignac se fundó gracias a una donación efectuada en
1201 por Hugo de Coligny antes de ir a luchar a la
cruzada. La entrega de las tierras la hizo a los
cartujos de Seillon (cerca de
Bourg) que debían encargarse de la fundación. Hugo
murió en Oriente en 1205 y la fundación no se hizo
realidad hasta el 1211, cuando se confirmó la donación
inicial. A finales del siglo XVI el lugar resultó
saqueado debido a la guerra y un incendio en 1615 lo
dejó en decadencia de la que no se repuso hasta
comienzos del siglo XVII cuando se emprendió una gran
tarea de reconstrucción de las dependencias. La
Revolución suprimió la cartuja que se abandonó
totalmente en 1792 y, en manos de particulares, fue
perdiendo buena parte de sus construcciones. Los
cartujos pudieron adquirir el lugar en 1866 y devolverle
la vida religiosa, hasta que a principios del siglo XX
fueron expulsados de nuevo. Tras mantener diversos
usos, en 1929 regresaron los religiosos cartujos, hasta
2001 que terminó la actividad monástica aunque ha
quedado como centro de espiritualidad cartuja. |
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