En 1119
llegaron a Châtelliers un grupo de eremitas enviados por
Géraud de Salles y dirigidos por Pierre de Vars buscando
un lugar para establecerse, aquel mismo año ya se había
fundado este monasterio.
Géraud de Salles había
comenzado su vida monástica en la
canónica de
Saint-Avit-Sénieur (Dordoña) y después de una época
de práctica del eremitismo desarrolló su actividad
fundadora, con las
abadías de Cadouin (Dordoña),
Grandselve (Tarn y
Garona), L'Absie (Deux-Sèvres),
esta de Châtelliers, entre otras, además de las que se
le atribuye de manera dudosa (como
Fontdouce y La Tenaille,
cerca de aquí). Las casas fundadas por Géraud de Salles
seguían la Regla de San Benito, pero pronto entraron a
formar parte del Cister, se sabe que este personaje se
había relacionado con
san Bernardo de Claraval. En 1120
Géraud murió en esta abadía donde fue enterrado, sus
restos fueron en adelante objeto de veneración ya que se
lo consideraba santo, convirtiéndose en un objetivo para
los peregrinos y devotos. |
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Poco
después la comunidad se desplazó al nordeste de aquel lugar, donde
los monjes se establecieron de manera definitiva, el 1121 se llevó a
cabo la traslación de los restos del fundador a la nueva capilla. A
mediados del siglo XIII las reliquias se dispusieron en un nuevo
monumento funerario. La abadía se organizó en el nuevo emplazamiento
y su primer abad elegido fue Aimeri que el 1129 comenzó la
construcción del monasterio definitivo, el 1156 se consagró la nueva
iglesia. En 1162 esta casa ya había entrado en la órbita
cisterciense. Por otra parte en esta época comenzó a recibir apoyo
de los señores de la región y el 1145 un bula papal ponía el
monasterio bajo la protección de la Santa Sede. |
La abadía de Châtelliers el 1889
Fotografía de Jules Robuchon. Colección Philippe Michaud
Imagen de Wikimedia Commons |
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Después de
sufrir los efectos de la guerra de los Cien Años, la vida monástica
siguió en este lugar, desde el 1476 la casa estuvo gobernada por
abades comendatarios. En 1568 y en el marco de las guerras de
Religión, la abadía fue saqueada e incendiada, quedando buena parte
de las construcciones en ruina. Debido a esto hubo que restaurar la
iglesia y el claustro se recontruyó (1685-89), además de otras
dependencias. Después de los años dedicados a la reconstrucción, a
finales del siglo XVIII la Revolución acabó con la vida monástica en
Châtelliers. El lugar fue puesto a la venta y rápidamente cayó en
ruina, convirtiéndose en una cantera para otras construcciones.
Finalmente, ya en el siglo XX, los restos se acabaron de perder y
ahora sólo queda alguna construcción testimonial en pie. |
Claustro de Châtelliers el
1889
Fotografía de Jules Robuchon. Colección Philippe Michaud
Imagen de Wikimedia Commons |
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